lunes, 24 de septiembre de 2007

El sonido y la musica


La Radiodifusión fue el medio de transmisión de ideas más importante antes y durante la Segunda Guerra Mundial. Los avances tecnológicos hacían posible las comunicaciones alrededor del mundo, aunque el acceso dependía de las condiciones de propagación de las ondas de radio.
Las comunicaciones privadas y públicas a nivel internacional se hacían por medio de radioteletipo y teléfono o teletipo utilizando cables submarinos, los cuales al estallar la guerra fueron cortados por las potencias, para evitar que el enemigo pudiera mantener sus redes de comunicaciones y espionaje.
En el campo del entretenimiento, la radio, el cine, el teatro y la música jugaron un papel muy importante. Los gobiernos utilizaron la radio y el cine como vehículos de propaganda. Muchas películas fueron de temas bélicos y otros de sutil propaganda, pero los programas radiales eran la forma más rápida de mantener informada a la población y de distribuir la propaganda.

La musica


La música, en cambio, fue la válvula de escape tanto para el ciudadano común como para el soldado en el frente. Se puede pensar que durante la guerra toda la música era de corte militar, pero no fue así. Más bien, en su mayoría, las letras de las canciones de la época, hablaban del amor, de la vida en el hogar y en sus países en tiempos de paz. Los familiares en la patria escuchaban y cantaban canciones que les recordaban a sus hijos, esposos, novios y amigos, que se encontraban en las trincheras y que posiblemente no volverían a ver. En el frente los soldados escuchaban con nostalgia las canciones que les recordaban a sus madres, esposas, hijos, hermanos, novias y amigos. Otro dato curioso, es que los soldados en el frente adoptaban también las canciones del enemigo, y en Rusia por ejemplo, hasta los comisarios se veían obligados a hacer oídos sordos ante las preferencias de los soldados por canciones no muy del gusto del Partido Comunista. El Ministerio de propaganda alemán tampoco aprobaba la música del enemigo, pero igualmente terminaban tolerándola.
Un veterano me contó una vez, que estando en Rusia a los 17 años, metido en una trinchera con 30 grados bajo cero, escuchaba Zemlyanka sin entender la letra y lloraba recordando a su mamá, claro que lo ocultaba, pero cuando llegaba el rancho todos en la trinchera comían en silencio y tenían los ojos rojos.
Para los civiles, la música fue una terapia colectiva que ayudó a sobrellevar la guerra, a sufrirla paciente y dolorosamente, con la esperanza que el reencuentro con los seres queridos se hiciera pronto realidad. Si algo no pudieron hacer los gobiernos beligerantes, fue manipular la música como vehículo de propaganda.
El caso de las marchas militares fue diferente, porque se circunscribían al ámbito castrense. En especial, la música marcial tuvo gran importancia en Alemania, Italia y Rusia. Un caso curioso se dio también entre los soldados, especialmente los veteranos de 1918, que adoptaron, escuchaban y cantaban, canciones e himnos militares del enemigo, muchos de los cuales fueron populares durante la Primera Guerra Mundial.

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